HUMBERTO MORÉ

Como parte de las festividades por un nuevo aniversario de la ciudad de Guayaquil y contando con el apoyo de la Prefectura del Guayas, Leonardo Rivadeneira Chaw, hijo del afamado y recordado pintor ecuatoriano, Humberto Moré, presentó el viernes 15 de julio, en las instalaciones del museo “Nahín Isaías”, el libro titulado “Humberto Moré y su Signología Funcional”, en cuyas páginas se recoge la historia de la vida del extinto artista, así como su arte y la forma en la que expuso su creatividad a través de sus muchas pinturas. |
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El nombre de Moré realmente era Humberto Lalot Rivadeneira Plata, nació en la ciudad de Esmeraldas, en la provincia del mismo nombre, siendo el segundo de cuatro hermanos. Mientras crecía vivió en varios lugares, Quito, capital del Ecuador; el balneario de Salinas, provincia de Santa Elena; en Milagro, trabajando en el ingenio azucarero Valdez. A los veinte años se casó con Juana Chaw Cotallat, con quien procreó siete hijos, cuatro mujeres y tres varones, de los cuales, por lo menos dos heredaron su amor por la pintura: Leonardo y Tony. Viviendo en Milagro efectuó una exposición de dibujos, recibiendo el apoyo de la empresa para la que trabajaba, empezando así a desarrollar su habilidad artística, concretando con lápiz y pluma esferográfica una gran cantidad de imágenes. Con el paso del tiempo fue creciendo como artista y decidió adquirir un seudónimo que quedara para la posteridad. Siendo admirador de los grandes pintores franceses Monet, Manet, Renoir, adoptó el de Moré, el que unió a su nombre de pila, firmando desde entonces sus obras con el seudónimo de Humberto Moré. Moré no solamente practicó el arte de la pintura, también fue escultor, muralista, escritor, poeta y crítico de arte, destacando en cada una de estas facetas. |
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Ganador del Salón de Julio |
En 1962, con la obra “La Libertad”, Moré ganó el Salón de Julio “Fundación de Guayaquil” en 1962. Este evento se realiza desde 1959 con el auspicio de la M. I. Municipalidad de Guayaquil, que es quien confiere los premios económicos con los que se premia a los ganadores de cada edición. En esta obra ya se expresa el arte de la Signología Funcional que desde 1966 tomaría mayor forma en las pinturas de Moré, donde rectas, curvas, círculos y semicírculos, conforman infinidad de figuras, elementos con los que Moré daba rienda suelta a su imaginación. Cabe anotar que la iniciativa del Salón de Julio fue obra de Moré, quien convenció al entonces alcalde de ciudad, Luis Robles Plaza, de la importancia y la necesidad que tenía la urbe de contar con un espacio donde se reconociera y premiara a la creatividad artística expresada a través de la pintura. |
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¿Qué es la Signología Funcional? |
En las palabras de su creador e impulsador, “La Signología Funcional es mi observación desde uno de los tantos vértices en los cuales nos es posible descubrir el valor de la forma, como la tranquila y vertical de Durero, frente a la angustiosa de Miguel Ángel. La visión de ellos es la relación psicológica después de ser huella de religión y mito: en nosotros más anhelantes de paseos racionales y nuevas problemáticas, deviene en psicología mecánica, tan dogmática como la imposición que los principios nos obligan en cada tiempo”. “La vertebración del principio signológico descansa en la estructura psicológica producida por gestión de nuestra sociedad tecnológica, disponiendo de una fenomenología no empiriocristicista, sino más científica que el alcance de Husser, tan permeable que cuando aparecen las sensaciones son ya reflejos condicionados”. |
En nuestro tiempo, nadie mejor que su hijo, Leonardo Rivadeneira Chaw, para explicar de manera concreta sobre la Signología Funcional de Moré: “Moré, como estudioso del arte, había entendido los procesos evolutivos del arte europeo. A partir del neoclasicismo se dieron una variedad de nuevos ismos, hasta que Cezzane, daba los primeros trazos volumétricos del arte moderno para que artistas como Braque, Gris y Picasso se enfrasquen y difundan el cubismo. Posteriormente Piet Mondrian planteaba el Neoplasticismo donde la recta en ubicación vertical y horizontal proporcionaban el nuevo arte. Moré fue más allá y creyó que la curva también era parte de ese proceso, a partir de 1966 dio sus primeros bocetos sobre este criterio, plasmó cientos de cuadros, incluyendo posteriormente grandes retratos de personajes históricos del Ecuador con el predominio de la recta y la curva que Moré denominó “Signología Funcional” como teoría plástica” Humberto Moré falleció en el año 1984, dejando su legado a las nuevas generaciones de pintores ecuatorianos y en manos de su hijo Leonardo una gran cantidad de material con la cual se pudo elaborar el libro “Humberto Moré y su Signología”, que quienes visitan el Museo “Nahín Isaías”, pueden obtenerlo para conocer más sobre su vida y su obra. |
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